La Argentina es el principal exportador mundial
8/02/2004
En nuestro país ronda los 150 millones de dólares anuales. EEUU y la UE son los principales compradores. La producción, además, se multiplicó
Desde 1997 nuestro país es el primer exportador mundial de miel y segundo o tercer productor planetario del alimento. Un negocio agroalimentario de 150 millones de dólares anuales.
El gusto que caracteriza al producto argentino es principalmente demandado por la Unión Europea y por los Estados Unidos: mieles claras, de suaves sabores y aromas poco marcados, aptas para mejorar la calidad inclusive de otras mediante cortes o mezclas.
El producto nacional goza de una opinión privilegiada en el contexto internacional y hasta se la denomina como el tipo de miel “Pampa”, dado que no hay tiene competidores por
el volumen producido y por el saldo exportable.
Desde hace varios años el concepto de calidad dejó de ser un elemento estático dando lugar a una concepción dinámica: los compradores varían año a año lo que entienden por
calidad, plasmándolo en normas de comercialización.
Esta situación llega al productor en forma de condicionante comercial: ya no venderá lo que produce, venderá lo que produjo con la tecnología acorde a lo que el comprador quiera adquirir. Es decir, aquello que se ajuste a su concepto de calidad.
Un ejemplo de ello se vio reflejado en la suspensión de las compras de miel de origen chino (China es el primer productor mundial, segundo exportador) por parte de la UE a principios del año pasado. La medida luego fue adoptada por EEUU. ¿La causa? La presencia de un antibiótico (Cloranfenicol) prohibido desde 1995. Por este motivo los pedidos de miel china fueron derivados a nuestro país, repercutiendo en un aumento significativo de los precios para el productor. Paralelamente, la salida de la convertibilidad multiplicó las chances de colocar el producto afuera.
Aunque esta luna de miel que el sector estaba disfrutando comenzó a ensombrecerse en agosto/septiembre del año pasado: alertas sanitarios provenientes de la UE denunciaron la presencia del mismo antibiótico (Cloranfenicol) en las mieles argentinas. Se intensificó el control sobre la producción local, entonces aparecieron residuos de otros antibióticos prohibidos: Nitrofuranos.
También hay riesgos
El sector apícola usa productos no autorizados para el tratamiento sanitario de las colmenas. Este habría sido el origen de los residuos encontrados en algunas de nuestras mieles.
De esta forma, los productores que los utilizaron se convirtieron en el eslabón inicial de una cadena de responsabilidades que pueden llevar a una situación compleja para el sector en su conjunto. El porcentaje de mieles analizadas y contaminadas resultó ser bastante mas elevado que lo deseado, por lo que fue necesario instrumentar el debido control químico e intensificar los muestreos: antes se monitoreaba uno de cada siete contenedores, ahora se inspecciona cada contenedor que sale del país.
El resultado de los análisis mostraron un porcentaje de miel contaminada sensiblemente más bajo respecto de los iniciales. Pese a ello, el panorama es sumamente alentador para la producción apícola nacional en los próximos años.
Insólito: acá, es muy cara
A raíz del boom exportador, la miel en nuestro país es cada vez más cara, ya que se vende a precio dólar. Aunque se reclaman precios diferenciados para el mercado local, los productores siguen con la misma postura.